jueves, 1 de noviembre de 2012

ALLÁ VA, COMO EL CABALLO DE COPAS

Y allá va, efectivamente, de nuevo, porque hace casi un año decidí adaptar una de mis narraciones favoritas, de mis 'especialmente favoritas', a formato radiofónico. Los gustos que forman parte de esa selecta lista no son muchas veces los mejores desde el punto de vista técnico o estético. Ese no es requisito imprescindible. Me pasa, por ejemplo, con El gato negro de Poe, que cuando la leí con 14 años se convirtió en mi preferida de aquellas Narraciones extraordinarias. La razón no soy capaz de determinarla con seguridad. Los elementos primarios, el hombre, el animal, la oscuridad. Tal vez. Lo que sí puedo aseverar es que hubo otras, como El hundimiento de la Casa de Usher, que en aquel momento no entendí, pero que, al releerlas con más experiencia y más callos en el cerebro, no pudieron menos que pasar a engrosar mi lista de 'favoritas'. Pero nunca iban a suponer lo mismo para mí que El gato negro.
Es necesario que establezca bien, por tanto, la diferencia entre mis gustos 'favoritos' y mis gustos 'especialmente favoritos'. Los primeros, tal cual, son eso, gustos. Pero los segundos tienen que ver con el impacto de lo nuevo, con la impresión más allá de elementos narrativos, de formas de escribir. Por eso son 'especiales'. Porque fueron los primeros. Los que me ayudaron a descubrir.
Tal fue para mí El monte de las ánimas de Bécquer, y a la misma me refería al principio. Y decía que allá va de nuevo porque ya la compartí aquí, aunque por no sé qué motivo los administradores de la página web en la que colgué la dramatización decidieron eliminar el archivo. Por eso he decidido volver a compartirlo. Por eso y porque le he añadido algunas mejoras. Por eso y porque hoy, tal día como hoy, 1 de noviembre, Bécquer la escribió "volviendo algunas veces la cabeza con miedo".

Espero que disfrute quien la escuche, eso sí, sin olvidar que lo recomendable es colocarse los cascos, cerrar los ojos y dejar que la imaginación trabaje.